La oración nos prepara espiritualmente para los desafíos que enfrentaremos al compartir la fe. La evangelización puede ser una tarea desafiante que nos expone a la oposición, la crítica y el rechazo. Sin embargo, cuando estamos arraigados en la oración, encontramos fortaleza en la presencia de Dios, que nos sostiene incluso en los momentos más difíciles. La oración nos brinda la paz y la confianza que necesitamos para perseverar en nuestra misión, recordándonos que no estamos solos en este viaje.

La oración es un diálogo íntimo y personal con Dios que nutre nuestra relación espiritual y nos fortalece en nuestra fe. Cuando nos preparamos para evangelizar, esta conexión con lo divino se convierte en el fundamento sobre el cual construimos nuestro mensaje y nuestra acción.

En primer lugar, la oración nos ayuda a discernir la voluntad de Dios. Antes de salir a compartir la fe, es esencial comprender qué es lo que Dios desea que transmitamos a los demás. A través de la oración, buscamos la guía divina y la sabiduría para comunicar el mensaje del Evangelio de una manera auténtica y relevante para quienes nos rodean. Como dice Santiago 1:5: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.”

Además, la oración fortalece nuestra relación personal con Dios. Como evangelizadores, no solo compartimos información sobre la fe, sino que también compartimos nuestra experiencia de encuentro con Dios. La oración nos permite profundizar en esta relación personal, renovando nuestro amor por Dios y nuestra pasión por su obra. Jesús nos enseña en Mateo 6:6: “Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”

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1. Ora Primero: La Conexión Celestial antes de la Conexión Digital “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.” (Filipenses 4:6)

Antes de sumergirnos en el mundo digital, es esencial fortalecernos en la oración. Filipenses 4:6 nos insta a no preocuparnos, sino a llevar nuestras peticiones a Dios con gratitud. La oración establece una conexión celestial antes de cada conexión digital, asegurándonos de que nuestras interacciones estén impregnadas de la guía divina.

2. Hablar de Dios en Redes: Autenticidad en un Mundo Digital superficial “Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas…” (Efesios 6:12)

En un mundo digital superficial, la autenticidad es nuestra fortaleza. Efesios 6:12 nos recuerda que nuestra verdadera batalla es espiritual. Al hablar de Dios en las redes, debemos ser auténticos y conscientes de que nuestras interacciones tienen un impacto más allá de lo que vemos en la pantalla.

3. Elegir Sabiamente la Plataforma: Adaptándonos a los Océanos Digitales “Porque de Dios somos hechura, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” (Efesios 2:10)

La elección sabia de la plataforma es crucial. Adaptar nuestra presencia digital a las plataformas donde podemos realizar las obras que Dios ha preparado de antemano para nosotros. Ser conscientes de nuestra identidad en Cristo guiará nuestras elecciones digitales.

4. Sé Fiel con tus Recursos: Excelencia en la Simplicidad “El que es fiel en lo muy poco, también es fiel en lo mucho…” (Lucas 16:10)

La fidelidad en lo pequeño es clave para la excelencia en la simplicidad. Lucas 16:10 nos enseña sobre la fidelidad en la administración de recursos. En el evangelismo digital, no necesitamos grandes recursos; lo que importa es ser fieles con lo que tenemos, confiando en que Dios puede usar nuestras pequeñas acciones para lograr grandes cosas.

5. Fíjate un Objetivo: Navegando hacia Metas Digitales con Propósito “Encomienda al Señor tus obras, y tus proyectos serán establecidos.” (Proverbios 16:3)

Trazar metas digitales con propósito es esencial. Proverbios 16:3 nos insta a encomendar nuestras obras al Señor para que nuestros proyectos sean establecidos. Al establecer objetivos específicos y medibles para nuestro evangelismo digital, confiamos en Dios para dirigir nuestros caminos y asegurar el impacto de nuestro mensaje.

6. Planificación y Consistencia: Construyendo Puentes Digitales con Propósito “Hazme saber, oh Señor, mi fin y cuánto es la medida de mis días; sepa cuán fugaz soy.” (Salmo 39:4)

La planificación y la consistencia en nuestras interacciones digitales son fundamentales.  La consistencia en nuestras publicaciones y la planificación del contenido nos permiten ser testigos efectivos en el mundo digital.

De Corrientes Digitales a Océanos Celestiales “Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” (Mateo 5:16)

En este viaje digital, que cada acción refleje la luz de Cristo, llevando esperanza a través de los canales digitales. Cada clic, cada palabra, resuena en la eternidad. Que nuestras interacciones resplandezcan para la gloria de nuestro Padre celestial, y que nuestro evangelismo digital deje una huella duradera en el reino de Dios. ¡Que las olas digitales nos lleven a mares celestiales de impacto eterno!

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